LA EMPRENDEDORA DEL MES
YO, CLAUDIA
Dicen que lo importante de caer, es levantarte y seguir adelante, pero con un mejor equipaje de experiencia y conocimiento. Eso es lo que le paso a la empresaria Claudia Velarde durante sus múltiples experiencias empresariales. Vendió cobre, exportó pescado y hasta tuvo una marca de alimentos para perros. Finalmente, encontró una nueva oportunidad en el negocio de las carteras. Esta es la historia de Black Sheep (Oveja Negra), la marca de carteras y accesorios de Claudia Velarde.
Revista EN LIMA: ¿Es cierto que en un solo día puedes tener hasta 500 pedidos de carteras por Internet?
Claudia Velarde: No creas que fue fácil.
¿Y qué hiciste?
Primero pensé en confeccionar ropa, bikinis, carteras de cuero, importar un producto de la China… Me decidí por hacer bolsos de plástico para la temporada de playa.
¡Qué buena idea!
Todo lo contrario. Había mucha competencia y la poca demanda que tuve se acabó pronto, por ser un producto únicamente de estación.
¿Entonces fracasaste?
Tampoco. Más bien entendí que debía apostar por un emprendimiento que sea sostenible en el tiempo y, claro, más atractivo económicamente. En busca de ideas, recorrí las distintas zonas industriales -de producción, confección y comercialización- de Lima: Villa el Salvador, San Juan de Miraflores, Caquetá, Surquillo y Gamarra.
¿Y qué descubriste ahí?
Quedé impresionada con los materiales, con la gran variedad de texturas y colores de las telas y fibras que se usan en la industria del calzado y de los muebles. El problema es que yo no pensaba confeccionar ni zapatillas, ni sillones. Así que, utilizando a mi favor ese inconveniente, me aventuré a hacer una cartera tipo tote con esos materiales, digamos, “alternativos”.
¿Y cuál fue el resultado?
La cartera salió linda, pero no estaba segura si iba a tener aceptación. Era mediados de enero, la gente estaba gastada por las fiestas y además se venía la campaña escolar.
¡Caray! ¡El peor momento para iniciar un negocio!
Y allí estaba yo, sin otra opción que dar el primer paso y tener fe. Así que salí a la calle con mis carteras tipo tote, a mostrarlas a mis amigas, a ver que opinaban.
Claro, un focus group chicha, típica del emprendedor con poca inversión.
El diseño y el material encantaron, pero me pedían otros colores. Así que fui rápidamente a confeccionarlas y al cabo de dos semanas tenía cinco colores de carteras con el mismo diseño, y las ventas fueron mejorando.
¡Qué bien!
Pero la verdad, el negocio de las carteras no estaba en mis planes de vida. Lo había concebido inicialmente como un cachuelo navideño, así que, no obstante la aceptación, ya estaba en mis planes cerrar el negocio.
Pero si las carteras ya estaba prendiendo. ¿¡Qué querías hacer de tu vida!?
He batallado durante años buscando un negocio con el cual pueda desarrollarme como profesional y mantener a mi familia, emprendiendo infinidad de actividades: he vendido cobre, oro, exportado pescado, he tenido una marca de alimento para perros e incluso estuve a punto de invertir en el negocio de esterilización de hospitales…
¿Y por buscar el éxito en uno de esos “grandes negocios”, ibas a desperdiciar esta nueva oportunidad?
La verdad, sí, pero una prima y las redes sociales, me ayudaron a ver el mundo, me hicieron pisar tierra y a considerar darle una nueva oportunidad a las carteras.
Cuéntanos, ¿cómo fue lo de la prima?
Por entonces mi prima Rocío me pidió las carteras que me habían sobrado para utilizarlas como accesorios en una sesión de fotos con modelos de moda. Yo no tenía ganas de participar, como dije, ya estaba por cerrar el tema de las carteritas para dedicarme a mis “grandes proyectos”. Pero era mi prima querida, y le presté las carteras para que haga sus fotos. Total, nada perdía.
¡Santa Rocío fue tu salvación!
Y eso es algo que he aprendido con el tiempo: nunca dejes de aprovechar las oportunidades que se presentan en el camino. Así que asistí a la sesión, presté mis carteras y a cambió gané unas lindas fotos que utilicé para mi “cierre de campaña”.
¡Como en los grandes almacenes!
Aprovechando esas fotos profesionales, publiqué en algunos grupos de ventas de Facebook una publicidad anunciando mi campaña de remate, con la mercadería que me sobraba, para cerrar definitivamente el tema. Y sorpresivamente… fue un éxito.
¡Aleyuya!
Sí. Me di cuenta que había encontrado un potencial negocio y una oportunidad para desarrollarme como empresaria en este emprendimiento, que había empezado siendo una alternativa para las épocas navideñas mientras llegaba el “éxito” en alguno de los otros “grandes negocios”.
¿Cuál es el secreto?
Nunca perdí la esperanza, persistí en mi sueño de tener un negocio propio y puse mucha atención en lo que el mercado me iba diciendo, así pude identificar los factores que hicieron que la demanda crezca. En ese sentido, fueron mis clientas las que marcaron la pauta de crecimiento y diversificación.
¿Tus recordados focus groups chichas?
Estar atenta a lo que piensan y necesitan mis clientas, me sirvió y me sigue sirviendo. Pidieron que el producto lleve un empaque para regalo, diseñe una presentación práctica, linda y económica. Pidieron que tenga broche, les puse un broche tipo imán sin perder el estilo. Pidieron color, ¡les di treinta colores diferentes! Otra cosa que las clientas piden es que la empresa sea moderna y que el producto llegue a su destino, sea para regalo o para uso personal, en el tiempo que lo necesitan. ¡Es decir, para ayer!
Al cabo un año tu marca, Black Sheep (Oveja Negra), se está haciendo un lugar en el mercado de moda femenina.
Viendo hacia atrás, creo que fue una buena decisión, aquella que tomé en febrero de 2018, de no cerrar el negocio de las carteras y, por el contrario, ponerle una marca potente y relanzarlas al mercado. Hoy Black Sheep cuenta con una línea de bolsos, carteras y accesorios en más de 30 colores y con una portal webhttps://blacksheepsw.com/ con carrito de compra en permanente actividad.
¿Entonces, sí es cierto que en un solo día puedes tener 500 pedidos de carteras por Internet?
Bueno, sí ha pasado. Pero luego de un año en el mercado, sigo luchando por aumentar mis ventas. Mientras sigo creciendo, mi gran satisfacción es ver cada vez a más mujeres en el Centro Comercial El Polo, en Wong o en Mercado 28 usando mis carteras. ¡Y, la verdad, para qué te voy a mentir, se les ve regias!
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BOLSOS TOTE, LA HISTORIA
La moda y sus accesorios siempre responden a determinadas
épocas. El tradicional corsé, por ejemplo, esa prenda que comprimía severamente la cintura, hasta restringir incluso la respiración normal, tuvo su apogeo en una época en que la libertad de acción y pensamiento de la mujer estuvieron malamente limitadas por la sociedad. Por el contrario, hoy, que el mundo y la moda han dado una buena vuelta de tuerca, el bolso tote llega como accesorio indispensable de la mujer libre e independiente, emprendedora, batalladora y multitasking.